In a pickle

Imagina que estás en una primera cita. Has pedido una hamburguesa. Mientras mantienes una conversación con el/la futurible, te la traen. Le das un mordisco y ¡mierda, tiene pepinillos! Los odias, pero te da vergüenza ponerte a hurgar en la hamburguesa para quitarlos. Podría decirse ahora que eres tú el que está in a pickle.

Esta expresión significa que alguien está en una situación difícil, confuso y sin saber qué hacer a continuación.

Aunque relacionemos la palabra pickle con los pepinillos, tan comunes en Estados Unidos, en esta expresión se refiere los encurtidos propios de India y Reino Unido. Estas preparaciones se hacen con frutas o verduras cortadas en trozos muy pequeños y conservadas con sal y zumo de lima o limón. Por tanto, se cree que la expresión compara la sensación de no saber qué hacer con la de estar flotando en el líquido del encurtido.

Aun así, su origen no está muy claro, como bien explica un reportero de bon appétit. Sí que parece que el significado figurado viene de lejos. Shakespeare ya utilizó esta misma expresión, aunque como sinónimo de "borrachera", significado que hoy en día sigue teniendo pickled.  Fue Samuel Pepys, un célebre diarista británico, quien acuñó la frase con el sentido con el que se utiliza actualmente.

Pero hay más. Puede que a muchos hablantes nativos esta expresión les suene anticuada, pero no a los amantes del béisbol. En este deporte, pickle es el nombre informal de la jugada llamada rundown. Como una imagen vale más que mil palabras, este es un ejemplo de la jugada:

El corredor se encuentra en una situación bien difícil. Tiene que llegar a la siguiente base o volver a la inicial sin que el jugador que tiene la pelota le toque y le eche de la jugada. No le queda otra: tiene que decidirse. Puede que le salga bien o mal. 

Como tú y tu hamburguesa con pepinillos. Si te la comes tal y como la trajeron, puede que se te revuelva el estómago para toda la noche, o que te conviertas en un amante de los encurtidos. Si, por el contrario, te decides a abrirla, quizá tu acompañante se escandalice y te llame tiquismiquis, o quizá odie los pepinillos tanto como tú, y este pickle os ayude a encontrar algo nuevo en común.